Sin duda ninguna el mejor Drácula que hemos tenido el placer de ver en la gran pantalla. Nadie como Gary Oldman para darle ese toque único y personal que hace que todos nos sintamos fascinados por el Príncipe de las Tinieblas.
La manera inusual de moverse, el encanto de la caballerosidad que representa, siempre tan especial en todas sus interpretaciones, el sr. Oldman nos regala en todas las películas, un estilo muy particular y nos transmite la fuerza a través de las cámaras.
Esta es la imagen de Drácula con la que yo me quedo, él y sólo él ha conseguido que sin dudarlo un segundo, me haya rendido al mito.
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