Reginald es incorregible. Pero este apuesto mujeriego se enfrenta a una trampa del destino. A unto de ser desheredado, Reginald consigue recuperar una antigua finca que había pertenecido a sus padres. Una casa que hasta ahora ha sido llevada con mano firme por un misterioso administrador. En verdad se trata de una mujer que acabará conquistando el corazón de aquel muchacho díscolo.
Un nuevo libro cae de su estantería bajo el peso de haberlo leído ya. Hoy hablamos de Pecado y Virtud, segundo libro de la saga Davenport.
En este caso debo decir que sigue las pautas de una novela
romántica en la complicada sociedad británica del siglo XIX. Y por lo tanto estoy encantada.
Mary Jo Putney siempre me convence de que leerla será todo
un placer y en este caso no me ha defraudado en lo más mínimo.
El libertino más grande de Londres y la mayor heredera del
momento se encuentran y se enamoran. Original, pues en este sentido no la
verdad, más de lo mismo en lo que sería otra novela romántica al uso, pero…
para que no nos aburrimos lo más mínimo la autora da un giro en la manera de
presentar a nuestros personajes.
Reginald Davenport es un heredero desplazado,
libertino, borracho, buen jugador,
honrado y de buen corazón. Típico libertino al que todas amaremos en cuanto nos
crucemos en las páginas con el. Lady Alys Weston es una mujer absolutamente
asombrosa que administra una propiedad para el conde Wargrave y también es la
tutores de tres jóvenes, además de la heredera de nuestra historia.
Se conocen, se hacen amigos, mantienen una hermosa relación
patrono y empleada que llega a ser una auténtica amistad reconocible más allá
de toda duda, pero con un obstáculo que parece de tanto en tanto insalvable y
que por extraño que parezca no viene de terceras personas que se oponen fieramente
a lo que sea que haya entre ambos protagonistas. Y eso es precisamente lo que
me atrapó de la historia. Sin grandes dramas sobre mujeres pérdidas o sobre
hombres malvados, que los hay. Una historia de familia y embriaguez que me ha
dejado llorosa en algunos puntos con frases tan sentidas como “este no es tu
sitio”. Fuera de contexto no tiene la
fuerza que en la narración de Putney así que deberéis leerla para poder sentir
toda su potencia. Que la tiene de verdad que si.
En este caso la novela premiada me parece una buena
historia, aunque teniendo como trasfondo
esa época jamás seré imparcial porque me encantan, creo que se merece ese
premio y la puntuación más alta que le podamos dar. Así que desde aquí expreso mi encanto con un
libro que no se hace pesado y que por extraño que parezca en su género deja
atrás los bailes y las temporadas para centrarse en otros aspectos más
olvidados y que no impide que brille con luz propia.
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