
Estos días estoy con la colección de Lindsay Davis sobre un investigador en la Roma Imperial de Vespasiano. Las aventuras de Marco Didio Falco.
Ahora ya estoy leyendo La Estatua de Bronce, magnifica aventura que es realmente segunda parte del primer libro, La Plata de Britania.
Esta vez en lugar de largarse a los confines del imperio, se queda merodeando en los lugares donde los ricos pasan las vacaciones mientras se pelea con Helena Justina, magnifica compañera que lo acompaña en todas sus aventuras.
En la Campania se dedica a vender el plomo de los lingotes que ya habían sido sangrados en el capitulo anterior. Lo hace junto a su sobrino y a su amigo Petronio Longo, Lucio para los amigos.
Se vera en figurillas por que no sabe nadar y como se ha ido a la playa… se mojara, seguro. Le harán proposiciones deshonestas, vendrán por parte de un magistrado y le devolverá el cariñoso intento con un puñetazo.
Como siempre, Didio Falco resolverá el caso de manera magistral, otros se llevaran los honores y el no cobrara sus honorarios.
Mas de lo mismo pero narrado en primera persona y con un sentido del humor acido que permite pasar un buen rato con intrigas muy lejanas en el tiempo y viajes exóticos.
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