Guardate de los cambios

Bienvenido viajero a los territorios donde baila y canta el ruiseñor, no olvides dejar tu mensaje para que algo de ti quede en mis bosques y algo de mi te lleves contigo.

Guardate de los cambios que puedes sufrir si en territorio desconocido te adentras, pero no sufras, ni te lamentes, ya que no todos han de ser malos.

Viajero te deseo una feliz estancia en mi reino y una placida vuelta a tu mundo.

jueves, 5 de noviembre de 2009

La tierra de los Vientos






El viento Bora sopla fuertemente cuando llegamos a la estación de tren.
La verdad es que llegamos ya algo asustados, entre el yayo que todo el mundo piensa que es un vampiro, el viento y que las pistas nos llevan a “pillar” como bellacos… La verdad es que no nos cabe por la trasera ni un pelo a martillazos.
En fin que muy amablemente los del Orient como siempre nos llevan al hotel y desde allí empezamos a trazar planes. Al contrario que en otras ciudades, aquí tenemos un nombre por el que preguntaremos en el museo.

Al llegar al museo como un grupo de estudiantes pardillos y preguntamos por nuestro estupendo contacto, Johan Wickelman, con lo que nos miran raro claro of course!!

Resulta que el tal Wickelman esta muerto, muerto muy muerto. Por que el tal Wickelman es por así decir el padre de la arqueología. Estupendo, entras en un museo preguntando por un muerto!!! Que cara te han de poner? Pues de flipados, evidentemente. Vaya la que pusieron.

Buscamos toda la información y no solo conseguimos encontrar una estatua del susodicho contacto, que ya le vale también al que nos lo dijo, nos podría haber avisado y no habríamos hecho el ridículo mas absoluto. Después de la estatua viene el diario que guarda un payo que nos pide que no nos lo quedemos pero que nos lo deja mientras estemos en la ciudad. Habéis dudado sobre si lo devolvimos? Pues hacéis bien porque lo robamos.

Al final después de volvernos locos leyendo el diario en Griego Antiguo, con lo que solo perdí cordura yo, decidimos que estaba bien eso de que nos apareciera un fantasma y empezamos a seguirlo. Lo que nos lleva a perder cordura, esta vez todos, claro.

El fantasma se empeña en llevarnos a conseguir un medallón que tenemos que darle a unos bichos que se llaman “Lloigor”. A quien? Por que no te vas a poner ha hacer meta juego en medio de la partida, que queda súper mal.

Así que camino de vuelta a la estatua del padre de la Arqueología… donde encontramos por fin el medallón que da a uno de nosotros la visión de un primigenio que tampoco sabemos quien es y que el susodicho visor del primigenio tampoco nos lo dice, por que el muchacho es agente del FBI y sabe callarse.

Total que al final lo único que nos queda es preparar una excursión al culillo del mundo para entregar dicho medalla, y os adelanto que para encontrar otra pieza que por supuesto no esta en Trieste.