Guardate de los cambios

Bienvenido viajero a los territorios donde baila y canta el ruiseñor, no olvides dejar tu mensaje para que algo de ti quede en mis bosques y algo de mi te lleves contigo.

Guardate de los cambios que puedes sufrir si en territorio desconocido te adentras, pero no sufras, ni te lamentes, ya que no todos han de ser malos.

Viajero te deseo una feliz estancia en mi reino y una placida vuelta a tu mundo.

sábado, 23 de abril de 2016

El silencio roto

Hacia tanto que no sentía la necesidad de publicar que pensé que nunca volvería al mundo virtual del blog. Me conformaba con mis pequeños desahogos en la red social y poco más, y lo estoy pagando.

Nunca he querido pensar en este blog como en un diario de mis dramas, contaba cosas que me interesaban, nada demasiado personal más allá de no poder dormir. Hoy rompo mi silencio para gritar lo mal que me siento en la situación cotidiana de un supuesto grupo de amigos.

Hace poco más de una año me involucre mucho más en algo que yo creía que era diversión y ocio 100%, me engañé a mi misma pensando que estaba preparada para lo que se avecinaba. Claro que tampoco me pude creer tanta malicia concentrada en 10 metros cuadrados, pero la había. Tanta que casi era para enfermar.

Hoy se vuelve a repetir de nuevo el ataque sin descanso, lo gratuito de personas a las que quise y consideré mis amigos. Nada nuevo bajo el sol, a todo el mundo le pasa. A mí también me paso, pero jamás había dolido tanto como lo que llegó a doler.

Hace unas semanas he decidido sin saberlo en realidad emular a Jean Luc Picard cuando se enfrenta a los Borg y he dicho en voz bien alta: HASTA AQUÍ!.
No vais a llegar más lejos, no os lo voy a permitir. He iniciado el camino a la sociopatía. Para que tener en cuenta sentimientos de gente que no tiene en cuenta los míos? Pues para nada, para que se aprovechen de tu buena voluntad, de tus ganas de ser conciliador. Bien, pues se terminó.

Creo que los enviaré bien lejos, por ejemplo a la mierda por payasos. Los cuatro en un mismo barril, que no os escapáis y vuestros acólitos, esperando formar parte del nido de víboras, también en el mismo viaje. Y me quedaré muy tranquila y me sentiré muy poco culpable.


He iniciado mi guerra.