Una vez abandonamos la tierra de las vientos para marcarnos la excursioncilla, llegamos al pueblo y le pedimos a los de turismo ( que en los años 20 están la ostia de adelantados) que nos lleven a las cuevas por las que es famoso el lugar.
Vamos pertrechados como para subir al Himalaya, por que además hace un frió de cojones y un montón de viento.
Llegamos a las cavernas… están a oscuras, llevamos luz afortunadamente, el agente del FBI que se cree superman va sin abrigo. Como lleva el medallón mágico con el que vislumbro a Ithaqua, pues no problem.
Las cavernas no están tan deshabitadas como nosotros pensamos, sobretodo cuando empiezan a aparecer “tugs” malvados que nos disparan y van liderados por un tipo que en lugar de mano izquierda tiene un tentáculo.
Nos dan de tiros, por supuesto que nos disparan. Necesitan el medallón pero nosotros no lo sabemos. (El master nos lo dirá después que es así de majo).
Cuando por fin llegamos al gran lago en el que esta la cueva del tesoro y el mismísimo tesoro de Ali-Baba, mas que nada por que las orillas del lago están repletas, sentimos una presencia que nos reclama el medallón. El amo de la medalla, el superagente del FBI, que no el 86, solicita llevarse una de las piezas del Simulacro que astutamente ha encontrado en las cuevitas.
Nos perdemos por las cuevas vislumbrando un bicho ( si hacemos meta juego es un lloigor) y salimos a la superficie por que tenemos una suerteeeee!
Volvemos a Trieste sin mas apuros, salvo el frió que pela y el estado de semi congelacion del tipo del FBI que no lleva abrigo, os acordáis? Pues como tampoco lleva medallón ahora si que tiene frió.
Nos vemos en Belgrado, donde Baba Yaga nos hará pupita.
