Guardate de los cambios

Bienvenido viajero a los territorios donde baila y canta el ruiseñor, no olvides dejar tu mensaje para que algo de ti quede en mis bosques y algo de mi te lleves contigo.

Guardate de los cambios que puedes sufrir si en territorio desconocido te adentras, pero no sufras, ni te lamentes, ya que no todos han de ser malos.

Viajero te deseo una feliz estancia en mi reino y una placida vuelta a tu mundo.

viernes, 26 de mayo de 2017

El Principe de la Medianoche de Laura Kinsale


 
 

 


Le llamaban el príncipe de la medianoche - un legendario asaltante de caminos, apuesto, impetuoso y peligroso...

Ahora, era un héroe olvidado, deslucido, exiliado y solitario. Ella, una orgullosa y desesperada belleza inglesa, atraída hacia la leyenda... pero confundida por aquel hombre, salió en busca de sus míticas virtudes en las ruinas de su castillo francés.

Entre azarosas montañas y tempestuosos océanos, juntos persiguieron sus sueños diferentes: venganza, de pasión, de gloria renacida... avivando el fuego de una amor desinhibido, inesperado e intenso, que encendería el oscuro firmamento de la medianoche.



Cuando leí el título de esta novela lo primero que hice fue empezar a frotarme las manos como si no hubiera mañana, un tipo oscuro como la medianoche!!! Vamos esto tenía yo que leerlo que seguro que el prota era un malote. Pues sí que era un malote… de los que aburren hasta que dices basta.

 

Érase una vez un malote que asaltaba caminos y que era un maquinote luchando y cabalgando y haciendo todas las cosas que se suponen que hacen los malotes. Un buen día pues el malote se queda tullidito y desde entonces ya no puede ser malote y como lo buscan todas la autoridades habidas y por haber, el solo se exilia a Francia y se esconde mucho. Nuestro héroe está muy traumatizado y vive en un castillo en ruinas y tiene un lobito amaestrado y es todo muy triste.

En otra parte no muy lejana llega un joven que en realidad es una joven que anda buscando al malote. Y a partir de aquí la serie de despropósitos y el aburrimiento llega a cotas máximas y decides empezar a leer un de cada tres palabras porque has decidido que la vida del príncipe te importa muy poco y la de la tonta de la chavala aún menos.

 

Para cuando llega el final en lugar de llorar de tristeza al perder un amigo, lo que haces es llorar de alivio porque por fin termino el tostón en el que se ha convertido la lectura de la novela.

Debo reconocer que de los cuatro libros que ya tengo leídos, ninguno ha sido para tirar cohetes y eso es única y exclusivamente culpa mía.

1 comentario:

Romina dijo...

Ja, ja, ja "malote" me gusto el termino.
Cuando leias la descripción del señor ¿te lo imaginaste como en la tapa?

Tuve la misma experiencia lectora. Doy fe de lo expuesto en este sitio. ¡Saludos!